… ¡Hasta el final!
Primera parte:
¡Qué cosa más loca tener que garantizar la motivación de la lectura de los usuarios hasta finalizar el texto!
Tendremos que lograr una gran interacción entre autor y lector.
¿Podemos lograrlo? Sí, por supuesto que podemos.
Según Daniel Cassany, para ello tenemos que tener en cuenta algunos factores cuando escribimos, como por ejemplo:
- El punto de vista
- El tono
- El enfoque
- La voz
- Los trucos retóricos
- Los golpes de efecto
El punto de vista
Cuando escribimos nos comunicamos.Sí, sí, de acuerdo y ¿con quién?
La respuesta es obvia: con otras personas…, pero distintas de nosotros, que poseen otras experiencias, puntos de vista, opiniones, ya que viven en un entorno que difiere del nuestro.
¿Cómo hacemos, entonces, para expresar nuestras ideas con palabras que puedan compartir y entender en nuestros contenidos?
Adoptando el punto de vista del usuario es muy buena opción, cuando queremos expresar algo lo hacemos con sus palabras, su forma de ver el mundo.
Paul Saffo dice: “El punto de vista es la solución humana quintaesencial para el exceso de información. Se trata de un proceso intuitivo consistente en reducir las cosas al mínimo esencial y gestionable… En un mundo donde hay un exceso de contenidos, el punto de vista se convierte en el menos común de los recursos“.
¡Genial! Dice que el punto de vista es la más pura de las soluciones y un recurso original en esta era 2.0
No tomemos el punto de vista como sinónimo de opinión, sino desde un modo más literal, como «el punto desde donde se mira mejor». Lo que nos ayuda a descubrir la actitud, postura, elecciones del usuario.
¿Qué esperamos para aprovecharlo?
Para asegurarnos que nos entiendan, que tal si utilizamos un lenguaje sencillo, claro y comprensible, que no deje dudas de lo que queremos transmitir.
Pensemos siempre en el usuario, impliquémoslo en la redacción con preguntas, exclamaciones, llamando su atención con humor sano, con ejemplos cortos de la vida diaria y fáciles de comprender.
Adoptemos un lenguaje simple, elijamos frases cortas en lugar de largas, las sencillas a las complicadas, las populares a las cultas, las concretas a las abstractas.Todo para hacer de nuestros contenidos un escrito amigable y cercano al lector.
Debemos comprometernos con él para que entienda el sentido de nuestro pensamiento, no supongamos que se va a dar cuenta de lo que decimos por el solo hecho de escribirlo.
Facilitemos la lectura, evitando ciertos verbos que se usan como comodines: hacer, ser, poner, decir, estar, tener, haber, por ejemplo, que tienen poca fuerza. Se hará más concreta nuestra idea si agreguemos verbos con más garra.
Hagamos el texto agradable, evitando los adverbios que pueden diluir el significado del verbo principal, las muletillas y las repeticiones que hacen fatigosa la lectura.
Tanto las palabras vagas (cosa, especie, algo) como las muy rebuscadas o con tecnicismos innecesarios detienen la lectura.
Entonces, interrumpimos la dinámica del texto y pensamos ¿qué quiso decir?
No muchos usuarios se detienen y continúan, la gran mayoría deja de leer y se dirige a otro sitio.
Adoptar el punto de vista del usuario en la escritura hace más atractivo y fluido el texto.
Los contenidos no solamente serán útiles, sino que también se entenderán como útiles.
El enfoque: concreto y conciso
Para empezar este punto unas definiciones van a recordar la diferencia entre ambos vocablos.
Un escrito concreto es específico, está exento de vaguedad y es lo opuesto a uno abstracto y general.
Una redacción concisa se caracteriza por la brevedad y la economía de palabras para expresar conceptos.
Ambos trabajan en conjunto y forman un todo que obedece a un objetivo: disminuir el esfuerzo de los lectores para interpretar el texto.
Sin lugar a dudas, son más atractivas las redacciones de contenidos específicas que la generales. ¿Qué opinan?
Y las frases cortas con más gancho que las largas.
¿Alguna vez sintieron que lo que habían leído sonaba tan general y largo que se refería a otro mundo? Tan latoso que resultaba muy difícil asociarlo con el nuestro.
Nos podemos servir de ejemplos de la vida diaria, anécdotas, noticias, imágenes, comparaciones, citas, refranes, situaciones humorísticas y todo lo que haga al texto más representativo en lo queremos decir. Este enfoque comunicativo – didáctico en nuestros contenidos grabará conceptos que seguro se recordarán.
El enfoque facilita la lectura y recordación del texto.
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La segunda parte ya está a disposición. ¡Aquí mismo!